El tema de la inflación es uno de los más polémicos que existen en materia de economía. Cada año, a medida que un país asume sus finanzas e inversiones, la inflación va creciendo o decreciendo. ¿Qué es entonces la inflación? No es otra cosa distinta a simple hecho que el alza de los precios de los productos.
A medida que una empresa se enfrenta a sus respectivas metas corporativas, el panorama comercial cambia. Pero así mismo, el alza de los productos está motivado por diversos factores. La panadería que invierte en insumos e ingredientes, se ve obligada a subir sus precios, en la misma que sus proveedores facturan más.
De hecho, también se sabe que el incremento de los precios se debe a un factor derivado del aumento de los salarios exigidos por los gobiernos. Cómo los salarios se ven obligados a subir, las empresas desean compensar esa “inflación empresarial” a través de nuevos precios para cubrir esa responsabilidad.
La lucha entre el salario mínimo y la inflación
Y eso genera una auténtica bola de nieve, donde los precios suben, repercutiendo en la economía de las empresas. El tema de fondo de esta subid de precios se ve reflejado en que es el mismo pueblo de una nación, la que paga las consecuencias a través de un estilo de vida que se deteriora.
Es que la lógica para simple: si el salario aumenta, vas tener mejores ingresos para cubrir tu estilo de vida. Pero si las empresas y las entidades suben sus precios para subsanar lo que es el aumento del salario básico, entonces la vida se encarece y el aumento del salario no se ve reflejado en beneficios.
Se sabe que la inflación es lo que más afecta a los “pobres”. Es decir, a aquellas personas que menos ingresos tienen y que dependen en gran medida de lo que solo les puede proporcionar uno o dos salarios básicos. En el caso de las personas que ganan más salarios, el aumento de los precios alcanza un equilibrio con el aumento del porcentaje del salario.
El concepto de Índice de Precios al Consumo
Así que la diferencia suele ser muy mínima. Es precisamente por esto mismo, que existe un indicador muy importante en la economía de la inflación. Se habla del Índice de Precios al Consumo. Este indicador tiene que ver con el estudio que se realiza a los precios que van aumentando a lo largo del año.
En este caso, se realiza un estudio de los productos consumidos, como también de la cobertura que se le da a los servicios. Gracias a la profundidad de este estudio, se puede observar las carencias que tiene un gobierno de cara a la sociedad. Esto le implica al gobierno acudir a diversas estrategias de ahorro, como también el acudir a los fondos de los bancos centrales para regular la economía.
La inflación tiene que trabajarse de manera constante a lo que es el crecimiento económico de un país. Si no se mantiene un sano equilibrio, la pobreza se intensifica y por lo mismo, resulta inviable que una sociedad se sostenga. Serán las personas con menos salarios los que tendrán que afrontar las consecuencias finales de la inflación.
Los impuestos a las empresas
El caso es que curiosamente para las clases acaudaladas, o mejor, con mayores ingresos, la inflación no se ve compensada por éstas mismas. Uno de los mecanismos que suelen aplicarse en gobiernos del primer mundo, es la de establecer impuestos a los grandes volúmenes de dinero, tanto a los bancos y entidades, como también a personas naturales.
A las empresas por otra parte también se les realiza una exigencia para que aporten a la situación económica de un país. Sin embargo, en algunos gobiernos del mundo, los políticos suelen colocarse a favor de las empresas, exigiéndoles menos pagos de impuestos, con la “promesa” de que así se podrá tener mayores ingresos y generar mayores empleos.
El otro gran problema que representa la inflación es la deflación. Lo que ocurre es que en el caso de que una economía se posicione adecuadamente y logre que sus precios logren reducirse, en el clima de los consumidores se gesta la sensación de que vale la pena esperar a que la deflación llegue a su punto más bajo para poder adquirir los bienes y servicios.
Eso implica que el dinero dejar de “circular”, por lo que se genera un efecto rebote. En consecuencia, la estructura economía de un país se ve debilitada y a largo plazo, la deflación potenciará la inflación.