China celebra éxito de la misión Chang’e 5, trayendo a casa un nuevo mineral lunar

Mucho hemos hablado sobre las misiones de la NASA y SpaceX en cuanto a la exploración especial y sus próximos planes para enviar una vez más a personas a la superficie lunar luego de muchas décadas.

¿Pero qué hay de otros países que también quieren conquistar el espacio? China ha sido el tercer país en entrar a la competencia que antes se centraba en Estados Unidos y la entonces Unión Soviética.

Desafortunadamente no se le ha dado el suficiente crédito que merece, más que nada porque se ha dedicado a pisar sobre las huellas de las misiones del dúo soviético-americano, pero esto está a punto de cambiar.

Chang’e 5 es el nombre de la misión que está en progreso y que ha empezado a romper sus propios hitos, pero esta vez ha traído algo novedoso del que la NASA debería sentir envidia.

Se trata de un nuevo material nombrado con Changesita (Y), convirtiéndose ahora también en el tercer país en anunciar el descubrimiento de algo grande, teniendo la capacidad ahora de aportar información nueva a la comunidad científica.

Sin duda, es algo que la agencia espacial de China está celebrando después de toda la travesía que han pasado para poder llevarse esta especie de medalla. Por eso, vale la pena conocer todo el trabajo detrás de este gran hallazgo.

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Chang’e: El Programa Chino de Exploración Lunar que pocos conocen

Incluso el nombre del proyecto resulta bastante inspirador, pues Chang’e se trata del nombre de la diosa de la luna en el folklor chino y cuya historia, por inverosímil que parezca, se repite en otras culturas.

Cuenta la leyenda que existe una diosa que vive solitaria en la Luna, salvo por su acompañante, un conejo (se dice que desde la Tierra, la mancha oscura de la Luna parece una silueta de un conejo). Esta diosa pasa sus días mirando a los humanos en la Tierra desde su solitario templo lunar.

Con esto de inspiración, la Administración Espacial Nacional China, bautizó al que sería su primera misión lunar que consistiría principalmente en visitar a la diosa, o mejor dicho, realizar un aterrizaje tripulado y montar una base lunar.

Pero para llegar a este objetivo final, primero deben hacer una serie de misiones donde participarían orbitadores, naves espaciales de retorno, rovers, aterrizadores y más.

La Fase 1 consistió en misiones en la órbita de la Luna

Aunque el programa arrancó sus preparaciones en 2004, no fue hasta el 24 de octubre de 2007 cuando realizaron su primer lanzamiento con el orbitador Chang’e 1 que fue lanzado desde el Centro de Lanzamiento de Satélites en Xichang, seis meses después de la fecha original.

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En esta misión, el Chang’e 1 logró escanear toda la superficie Lunar con un gran detalle nunca antes visto por el ojo humano. Además, crearon un mapa tridimensional que funcionaría para planear futuros aterrizajes, además, la sonda logró captar los elementos químicos presentes en la superficie.

La siguiente misión en la órbita lunar fue Chang’e 2 que se lanzó el primero de octubre de 2010. Las mejoras fueron notables primeramente con el tiempo de traslado, pues mientras Chang’e 1 le tomó 12 días en llegar y posicionarse, a Chang’e 2 le tomó solo 5 días.

Nuevamente se cartografió la superficie lunar con un mayor detalle que la misión anterior. Esta vez no regresaría a la Tierra, sino que hizo una parada al punto lagrande L2 entre la Tierra y el Sol para probar la red TT&C que brindaría servicios de telemetría, rastreo y comandos.

Eso no es todo, sobrevoló el asteroide Toutatis en diciembre de 2012, pero no se trata de cualquier asteroide, sino uno perteneciente al grupo de asteroides Apolo que han sido observados desde la Tierra desde 1989, y esta vez los chinos pudieron seguirlo y verlo muy de cerca.

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La Fase 2 se centraría en probar sus aterrizadores y enviar a los rovers a explorar el satélite

Esta es la fase que actualmente se encuentra en curso, donde dejarían finalmente de observar y analizar a la Luna de lejos, y concentrarían todos sus esfuerzos en tratar de aterrizar a la Luna sin chocar.

Chang’e 3 estuvo a cargo de esta tercera misión lanzada en diciembre de 2013, logrando aterrizar con éxito sobre la luna 12 días después. Este aterrizador llevó consigo un rover lunar de 140 kg bautizado como Yutu.

Yutu estaba diseñado para poder desplazarse a lo largo de 3 kilómetros cuadrados en tres meses, tiempo que duraba la misión. Chang’e 3 también utilizaría sus instrumentos científicos para observar galaxias, núcleos activos galácticos, estrellas binarias, variables, novas y más.

Cinco años después, en diciembre de 2018, se lanzaría el Chang’e 4 que originalmente iba a ser la reserva del Chang’e 3, pero debido a su éxito rotundo, se le dio una nueva misión de aterrizar en el Polo Sur- Aitken, es decir, la cara más lejana de nuestro satélite, donde desplegaría al rover Yutu-2.

La actual Fase 3 está enfocada en traer muestras lunares a tierra, descubriendo el nuevo mineral: Changesita.

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Esta fase tuvo sus inicios en 2014 cuando el prototipo, Chang’e 5-T1 se diseñó para probar una nave de retorno lunar.

Es ahora cuando llegamos por fin al protagonista de hoy, el Chang’e 5 que se lanzó en noviembre de 2020, aterrizó en la zona de la Luna llamada Mons Rümker el primero de diciembre.

Fue apenas este 16 de diciembre de 2020 cuando, por primera vez, China obtuvo 2 kilogramos de sustrato lunar y las llevó a casa, siendo la primera vez en lograrse después de más de 40 años.

Es aquí donde los científicos asiáticos dieron con este gran hallazgo, un mineral desconocido que aún se encuentra en observación, pero de momento han adelantado que se trata de una especie de cristal totalmente transparente.

Aunque es el primer mineral descubierto por China, se trata del sexto mineral nuevo descubierto por el ser humano, convirtiéndose en otra pieza clave para comprender mejor el origen de nuestro satélite y los elementos que podremos encontrar en el espacio profundo.

Este mineral fue recolectado en el noroeste del Océano de las Tormentas (Oceanus Procellarum), caracterizada por ser una zona geológicamente joven, y un terreno que no había sido explorado por Estados Unidos o la entonces Unión Soviética.

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La parte de la muestra que contenía la Changesita apenas cayó en manos de los investigadores chinos en julio de 2021, y fue muy difícil ubicarlo entre otros materiales pues apenas se trataban de diminutas partículas.

En total se encontraron 140.000 micropartículas, de las cuales pudieron seleccionar las monocristalinas puras cuyo tamaño se mide en micrones, es decir, una décima parte del diámetro de un cabello de humano.

 En 2024 iniciaría la última etapa antes de llegar a la fase final y llevar a astronautas chinos a la superficie lunar y crear una base.

A partir de aquí son solo planes a futuro que pueden estar sujetos a cambio de fecha, ya que se tratarán de las más complicadas y determinantes para el éxito de todo el programa, y se dividirá en las siguientes misiones:

Chang’e 6 sería el siguiente en lanzarse tentativamente para el 2024, y tendrá como misión investigar a fondo toda la topografía de la Luna, es decir, no se enfocarán en la superficie firme, sino las formas y detalles como montañas, cráteres, lagos y más.

Además, también se planea empezar a conocer el subsuelo del Polo Sur-Aitken, donde también se espera devolver una buena cantidad de muestras a tierra.

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Chang’e 7 también se lanzará en 2024 en el polo sur de la Luna, y este se enfocará en traer más recursos del satélite. Para ello, pondrán a prueba lo último en módulos de aterrizaje, un nuevo rover y una minisonda voladora.

Chang’e 8 llegaría hasta 2027 con un mayor conocimiento de los recursos naturales, donde se harán verificaciones sobre cómo utilizarlas y desarrollar más recursos. Además del módulo de aterrizaje y el rover, también se utilizará un detector volador y realizarán pruebas experimentales de impresión 3D en la Luna para generar recursos in situ, como la construcción de estructuras.

La misión aquí es bastante compleja, pues serían los primeros intentos de crear un ecosistema sellado, para después iniciar la construcción de una base científica en la Luna.

Para el 2030 se espera que astronautas chinos finalmente lleguen a la Luna con cooperación internacional, en este punto con la capacidad de crear los recursos necesarios para empezar a crear una Estación Internacional de Investigación Lunar junto con Rusia, algo que podría empezar a materializarse en 2035 si todo sale según lo planeado.