Los ambientalistas han acogido con satisfacción el compromiso del líder de China, Xi Jinping, de acelerar las reducciones de emisiones en una de las naciones más contaminante del mundo, al pretender alcanzar la neutralidad de carbono para 2060.
El ambicioso objetivo, que sorprendió a muchos expertos, podría ayudar a frenar significativamente el calentamiento global. Sin embargo, advirtieron que Xi no había ofrecido casi ningún detalle, lo que generó dudas sobre la viabilidad de los objetivos que quedan años en el futuro.
Esto es lo que debe saber sobre el compromiso anunciado del presidente de China
La promesa de Xi de un cambio tectónico en la política, aun no es práctica. China ha argumentado durante mucho tiempo que, como economía en desarrollo, no debería tener que compartir la misma carga de reducir las emisiones que las naciones desarrolladas cuya contaminación no se controló durante décadas.
China ahora se compromete a predicar con el ejemplo, fijándose objetivos propios de un país que aspira a ser una superpotencia.
En virtud del acuerdo climático de París alcanzado en 2015, China prometió que sus emisiones alcanzarían su punto máximo alrededor de 2030. Xi prometió adelantar ese calendario, aunque no proporcionó detalles.
La mayor sorpresa, dijeron los analistas, fue la promesa de Xi de alcanzar la “neutralidad de carbono”, lo que significa que las emisiones netas de carbono de China llegaran a cero para 2060.
Más de 60 países han prometido neutralidad de carbono para 2050, una fecha límite de consenso que los científicos creen que debe cumplirse para tener posibilidad razonable de evitar la peor catástrofe climática.
Esos países son pequeños en comparación con China que ahora produce el 25 por ciento de las emisiones mundiales. Incluso si su objetivo es una década después, China ahora tiene un récord de establecer el objetivo por primera vez.
“Creo que es potencialmente enorme, enfatizando ambas palabras”, dijo Lauri Myllyvirta, analista principal del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio, en una entrevista telefónica desde Helsinki, Finlandia.
China necesitará revertir las tendencias recientes de emisiones, lo cual es bastante difícil
Hay muchas razones para tener precaución. En los últimos años, los analistas han advertido sobre tendencias preocupantes en el compromiso del país de combatir el calentamiento global ante la desaceleración económica.
El consumo de carbón, que había disminuido de 2013 a 2017, impulsado en parte para mejorar la notoria calidad del aire de China, comenzó a aumentar nuevamente en los últimos años a medida que la economía se enfrentaba a vientos en contra y el gobierno buscaba estimular el crecimiento industrial.
El aumento fue interrumpido por el cierre de COVID 19, pero la economía de China se está recuperando más rápidamente que otras. La investigación del Sr. Myllyvirta ha demostrado que, en mayo, las emisiones de dióxido de carbono de la producción de energía, la fabricación de cemento y otros usos industriales eran 4 por ciento más altas que el año anterior.
China también otorgó más permisos de construcción para centrales eléctricas de carbón en los primeros 6 meses de 2020 que cada año en 2018 y 2019.
Xi, al exponer los planes de su país en discurso en las Naciones Unidas, no detalló cómo China alcanzaría los objetivos. Li Shuo, asesor de políticas de Greenpeace China, dijo que la falta de especificidad probablemente tenía la intención de dejar a la dirección del Partido Comunista flexibilidad en el corto plazo para buscar un repunte económico después de la pandemia.
El próximo plan quinquenal del gobierno, que se publicará pronto, será un documento clave que detallará los cambios económicos, industriales y ambientales necesarios que serán requeridos.
El impacto podría afectar a los 1.400 millones de personas en China
Si bien china se aferra a las industrias que consumen carbón, también se ha convertido en un líder en tecnologías de energía limpia, incluidos los paneles solares y las turbinas eólicas. Es el mayor fabricante mundial de automóviles y autobuses eléctricos.
Eso podría dejar al gobierno en una buena posición para hacer una transición lejos de los combustibles fósiles, siempre que exista el compromiso político.
China también podría aumentar sus ambiciones de construir plantas de energía nuclear para remplazar las plantas de carbón, aunque eso generarías otras preguntas ambientales y de seguridad. Xi se ha comprometido anteriormente a aumentar el apoyo del gobierno a las nuevas tecnologías.