¿Eres un padre helicóptero? Averígualo aquí

Cuando la mujer comenzó a insertarse en el campo laboral hace unas décadas atrás, las pasadas generaciones comenzaron a preocuparse de que las futuras generaciones padres no tendrían tiempo para tener hijos, ni mucho menos cuidarlos.

El escenario era devastador, los niños tendrían que crecer prácticamente rodeado de extraños en  guarderías o con niñeras, o que los mismos abuelos ejercerían de padres cuando menos energía tienen, eso claro, si es que se iban a animar a tener hijos.

Si en algo tuvieron razón, es que la tasa de natalidad descendió en las últimas décadas, pero lejos de ser a causa de las «mujeres modernas», en realidad se trató de las múltiples burbujas económicas al rededor del mundo que explotaron y obligaron a las parejas a trabajar.

Un solo ingreso económico en las familias ya no es suficiente, ahora es necesario que ambas partes aporten si es que quieren tener una vida cómoda, comenzando a plantearse mucho más el tener hijos, cuándo y cuántos.

Pero no toda la «profecía» se cumplió, pues lejos de que los padres se vieran ajenos a sus hijos, de hecho ha ocurrido un fenómeno completamente opuesto, y se le ha denominado como «padres helicóptero», haciendo alusión a que los padres parecen volar alrededor de los hijos todo el tiempo.

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Y es que las nuevas generaciones son diferentes, donde los padres ya no son tan frívolos con sus hijos, ni las madres son las únicas partícipes en la crianza, ya que los nuevos enfoques de matrimonio (especialmente en países primermundistas) creen más en el trabajo en equipo y en que es su deber mejorar el afecto que sus padres no demostraron.

¿Qué son los padres helicóptero y cómo afecta a los niños?

Ya no estamos en la época donde a un niño se le corregía a cinturonazos o chanclazos, los padres millenials la tienen difícil ahora para saber en qué momento intervenir a los niños para mostrarles disciplina y autoridad, o cuándo simplemente dejarlos ser para que aprendan los peligros del mundo por sí mismos.

Posiblemente este estado de análisis constante ha causado una tendencia a educar a los hijos de forma sobreprotectora o incluso controladora, después de todo, a nadie se le enseña a ser padre.

Si tienes hijos pequeños y tiendes a elegir por ellos, no dejarlos ni por un momento fuera de la vista incluso cuando juegan con otros niños, o tal vez buscas demasiado en internet cómo hacer que tu hijo se porte bien siempre, ¡felicidades!, eres un padre helicóptero.

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Los padres helicóptero continuamente están moldeando a los hijos a hacer las cosas como a ellos les parecen pertinentes y correctas, para ello, es necesario estar «sobrevolando» por encima de los hijos para vigilar cada movimiento que hacen.

Pero esto tiene un gran impacto en los hijos incluso a largo plazo, cuando ya son mayores y deben enfrentarse al mundo por sí solos, pues al limitar la libertad en la forma de actuar y hablar, no desarrollan un carácter estable.

Ha sido la Universidad de Minnesota, en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte, así como la Universidad de Zurich en Suiza, que se estudió muy de cerca esta tendencia de crianza helicóptero, y descubrieron que está muy relacionada con problemas de conducta en niños.

Esta investigación se realizó con 422 niños estadounidenses, y tuvo una duración de 8 años donde se monitoreó la forma en la que crecían y maduraban. Estos resultados fueron tan contundentes que fueron publicados en la revista científica Developmental Psychology.

Aquí demostraron si niños a partir de los 2 años de edad serían capaces de controlar sus emociones a más tardar a los 5 años, y qué tipo de problemas podría encontrarse en su etapa escolar a los 10 años.

Los padres y niños voluntarios fueron sometidos a pruebas grabadas donde se le daban instrucciones específicas a las madres de cómo actuar, algunas de forma sobreprotectora y el padre era muy estricto y exigente con la forma de comportarse con los niños, y otros no.

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Luego de las sesiones, los niños fueron evaluados a los 5 años de edad con algunos experimentos que valorarían la forma en la que responden a diversas situaciones, esto para ver si mostraban signos de frustración o irritabilidad.

A los 10 años se le aplicaron otros tests, esta vez de la mano de sus profesores a quienes se les aplicaba una encuesta sobre sus observaciones con los niños en el aula escolar, relacionados con su desempeño académico, habilidades sociales y su comportamiento.

Los resultados demuestran el impacto negativo de los padres helicóptero

Los resultados de este estudio fueron contundentes, pues en el grupo de los padres controladores, sobreprotectores, estrictos y exigentes, se vieron indicios de que los niños no podían controlar sus emociones a la edad de 5 años.

Los niños se mostraban más irritables y sensibles, provocando berrinches y frustración, además, su capacidad para relacionarse con otras personas decrementa al igual que su actitud, especialmente en esa etapa donde psicológicamente comienza a desarrollar su propio carácter e independencia.

Era de esperarse también que a los 10 años estos niños fuesen los que tuvieran problemas académicos, pues al tener padres que resolvían todo por ellos, difícilmente desarrollaban habilidades para resolver problemas, además de que los padres muy exigentes restan confianza y autoestima a los niños.

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Los autores del libro resuelven que los niños al alcanzar los dos años de edad se les debe tener paciencia y darles el tiempo necesario para que desarrollen sus habilidades necesarias para controlar sus impulsos.

Además, es imprescindible que los padres deban de proporcionarles un ambiente propicio donde puedan obtener confianza, conocimientos y experiencia explorando el mundo por sí solos, con la libertad de probar cosas nuevas y resolver sus problemas.

Sin embargo, no se trata de un camino establecido y fijo a seguir, pues el desarrollo infantil es mucho más complejo que esto, existen decenas de factores internos y externos que determinan o influyen demasiado en el desarrollo de los niños, algo que no siempre está en el control de los padres o las personas a su cuidado.

Las modas y las tendencias también existen en el mundo de la crianza

Es muy evidente que los padres educan a sus hijos de forma diferente a través de las generaciones e incluso el contexto sociocultural, además, viejas enseñanzas aún sobreviven incluso en tiempos modernos cuando ya hay más información que desmienten esas viejas usanzas.

Un claro ejemplo es el castigo corporal o una crianza severa, que en la actualidad ha desmentido su efectividad e incluso ha demostrado las terribles consecuencias que pueden acarrear, pero al ser una generación que crecieron de ese modo, les parece el ejemplo más accesible (o incluso el único que conocen), pese a la vasta información.

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Un popurrí de estilos de crianza acontece donde aparecen los padres helicópteros, los que se revelan al estilo de crianza que tuvieron y se han decidido a ser más protectores y controladores para que los hijos no se metan en problemas.

Esta tendencia apareció alrededor de la década de los 90s, mostrando una clara ansiedad por parte de los padres por hacer que sus hijos se vuelan personas exitosas y felices, educándolos muy de cerca y casi exhaustivamente, invirtiendo más tiempo en su crianza en casa que en generaciones pasadas.

Como resultado, los hijos suelen sentirse más presionados en alcanzar esos estándares impuestos por los padres, donde deben ser excelentes alumnos y seguir un plan de vida específico que los lleve al «éxito» profesional y cumplan con su ciclo de vida creada e impuesta por sus padres.

Es así como jóvenes que tienen su propio llamado de la vida a hacer algo diferente a este ciclo de vida se vuelven personas frustradas y deprimidas, al sentirse fracasados y marginados de lo aceptable por los padres.

Si un hijo con habilidades innatas por el arte no puede ser ese ingeniero o doctor que sus padres querían, suelen convertirse pronto en personas con baja autoestima, sintiéndose que no encajan en el mundo, apasionados por una profesión que es para “muertos de hambre” e inaceptable.

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Lo peor de todo son las crecientes noticias de suicidio de niños en etapa escolar, donde se ha determinado que la razón de su muerte ha sido una presión impresionante por parte de los padres por ser niños académicamente excelentes.

Es alarmante cómo los índices de ansiedad y depresión se han elevado en casos de niños y jóvenes, algo que se creía propio y exclusivo de adultos. Si bien ser padre helicóptero posiblemente no llegue a tales extremos con frecuencia, es un llamado de atención para los padres para educarse  mejor con la vasta información que se encuentra en internet, libros y profesionales, para encontrar una mejor forma de crianza.