¿Quieres ganar músculo? Ni más, ni menos, las matemáticas te dicen cuánto entrenar exactamente

El culturismo se ha convertido en una de las actividades físicas más practicadas del momento, donde las personas no solamente buscan tener un cuerpo más saludable y funcional, también es cuestión de apariencia estética.

Para lograr los resultados esperados de acuerdo a cada persona, estos se someten a diversidad de entrenamientos, estilos de alimentación y nutrición para poder desarrollar la cantidad de masa muscular deseada.

Actualmente ya contamos con una vasta cantidad de información de profesionales y el internet que explican todo el tecnicismo detrás de las rutinas de ejercicios que dan mejores resultados y menor probabilidad de desarrollar una lesión.

Pero en muchas ocasiones esto no es una ciencia cierta, es decir, los culturistas (no profesionales) normalmente no saben con exactitud cómo responderá su cuerpo, ya que algunos no obtienen los resultados esperados pese a estar realizando todo como se debe y como a otros les ha funcionado.

Saber qué es lo que le funciona a cada persona es todavía una tarea bastante difícil, especialmente si tomamos en cuenta la diversidad de condiciones que posee cada persona. No es lo mismo alguien que se está iniciando en el mundo del deporte, que un veterano con varios años en el proceso.

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Las cuestiones de nutrición, descanso, salud, metabolismo y muchas otras, sin duda también le agregan un grado más de dificultad al momento de buscar resultados muy específicos con relación al desarrollo de la musculatura.

La buena noticia es que los investigadores han hallado aquí una excelente oportunidad para conocer mejor las funciones de nuestro cuerpo, por ello han tratado de encontrar un modelo matemático que pueda predecir exactamente cómo desarrollar músculo.

Fue así como un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge han empezado a explorar diversos métodos biofísicos para dar con un modelo que pudiese decirnos a ciencia exacta qué intensidad y tiempo de ejercicio debemos asignar sin el temor de no obtener los resultados por los cuales se ha trabajado.

La clave del modelo matemático está en una proteína presente en el desarrollo de la musculatura

Antes debemos recordar un poco sobre la estructura de los músculos, que a comparación de las células genéricas que estudiamos en los libros que tienen una forma esférica, estas células musculares son alargadas, en forma de cilindros y con la capacidad de contraerse.

Viéndolo de perfil, pareciera como hilos, pero si lo cortáramos, podríamos ver una estructura multinúcleo que a su vez está revestido de un esqueleto proteico bastante flexible que interactúan entre ellas. Pero es gracias a los impulsos nerviosos, calcio y otros factores, que estos tienen la capacidad de contraer y relajar cada fibra.

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Ahora hablemos de los sarcómeros, que son prácticamente una unidad de fibra muscular y puede estar constituida tanto por filamentos gruesos como delgados, en pocas palabras, hablamos de un grupo de celular musculares que funciona y alberga sus respectivos elementos que hacen posible la contracción muscular.

¿Y cuáles son esos elementos? Aquí encontramos proteínas como la tropomiosina, la miosina y la actina, pero pocos han hablado de una cuarta proteína llamada titina que tiene la capacidad de crear señales (químicamente hablando) que son parte importante del proceso de crecimiento muscular.

Pero no se trata de algo nuevo, de hecho, el mismo equipo de investigadores que están realizando este modelo matemático, anteriormente ya habían publicado un estudio en Biophysical Jounal titulado «Why exercise builds muscles: titin mechanosensing controls skeletal muscle growth under load» donde explican más sobre su funcionamiento.

Aquí explican que la titina alberga una parte llamada dominio quinasa que parece tener un papel importante en la señalización mecánica. Recordemos que la señalización mecánica es la capacidad de las células musculares para cambiar de forma, ya sea para crecer o ganar fuerza.

Esta señalización se lleva a cabo en las células cuando reciben un estímulo del exterior como hacer ejercicio, cambiando la señal mecánica a una química. Por ejemplo, los iones de calcio que se encuentran dentro de las células del músculo empiezan a reaccionar creando señales para que esta desencadene procesos químicos como la secreción de hormonas para incentivar a los músculos a crecer y desarrollarse.

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Partiendo de lo que se sabe de la titina, es como el equipo de investigadores ha podido crear un modelo matemático que pueda medir los procesos de señalización mecánica y así predecir los cambios que puedan aparecer en los músculos como respuesta a ejercicios físicos o tratamientos de rehabilitación.

Con las observaciones que ya han realizado, se sabe que las unidades de titina tienden a elevarse dramáticamente luego del ejercicio intenso con peso, pero se mantiene bastante regulado con el ejercicio es más ligero, y así es como se explicaría el crecimiento muscular.

También apuntan que hay dos factores fundamentales para poder modular los ejercicios con peso: la velocidad y tiempo, que deben ser los apropiados y escalables, es decir, que se debe partir de ejercicios ligeros con pocas repeticiones e irlo aumentado paulatinamente para poder agregar más peso.

Otros factores que se deben tener en cuenta para que la titina empiece a generar los químicos del crecimiento muscular

Desde luego, este importante proceso no es tan sencillo, pues también intervienen otros factores para poder medir el desempeño de la titina en nuestros músculos. Para eso, han tenido que crear registros del momento exacto en que la titina empieza a iniciar la señalización para la creación de las sustancias químicas.

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Los escenarios fueron muchos, pero lograron identificar que la unidad quinasa de la titina empieza a funcionar o a detenerse, donde también mencionan que interviene el intercambio energético metabólico, los tiempos de recuperación y el tiempo transcurrido durante las repeticiones de ejercicios con peso.

Eugene Terentjev, uno de los autores, menciona que su modelo trata de explicar bajo una base fisiológica cómo el músculo tiende a crecer cuando es sometida a una carga del 70%, algo que ya está contemplado en el entrenamiento de alta resistencia, pero que si se entrena por debajo del porcentaje, el proceso de señalización no ocurre.

También se notó que el agotamiento acelerado es todo un problema para poder aumentar la masa muscular, para evitarlo, se agregó al modelo un «umbral de actividad» donde debería estar ocurriendo la señalización de forma efectiva.

Este umbral permitiría modular la intensidad y el tiempo de ejercicio para que ocurra el proceso, pero también sirve para delimitarlo evitar el exceso de repeticiones y un mal gasto de energía. Desde luego, también ayudaría a calcular de forma efectiva el tiempo de recuperación.

El English Institute of Sport, dedicada a la investigación en el área de ciencias del deporte, fue un increíble aliado para llegar a estas conclusiones. Uno de los entrenadores del instituto, Fionn MacPartlin, ha mencionado que este modelo promete brindar información determinante para todo el equipo de entrenadores.

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Ahora, se puede medir a ciencia cierta cómo los músculos reaccionan a ciertos tipos de entrenamiento, de modo que se cierra la brecha que aún existe entre los entrenamientos y terapias disponibles, y lo que realmente le funciona a cada deportista con sus respectivas diferencias.

Se pretende que el modelo sea aplicado en entrenamientos de deportistas de élite, desarrollando un software que pueda obtener los datos necesarios con ayuda de los aparatos de monitorización profesional que se encuentran en estos tipos de institutos.

Pero también se habla de que los deportistas comunes también puedan tener acceso a este conocimiento en el futuro que posiblemente pueda entregarse en una app para teléfonos o relojes inteligentes que permita generar los cálculos necesarios de forma automática y traducida en tablas que se adapten a cada usuario.

Aunque, tan solo los hallazgos que se han encontrado con el descubrimiento del papel de la titina en nuestros músculos, ya se puede tener una idea teórica para los entrenadores o quienes entrenan por su cuenta el cultismo y así superar los constantes problemas de no poder desarrollar el músculo como se quisiera a pesar de seguir todas los pasos al pie de la letra.

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También se podrá saber mejor los límites de los ejercicios para evitar lesiones musculares debido al exceso de repeticiones o entrenamientos demasiado intensos que al final tendrá el mismo resultado que un entrenamiento más ligero o de menos tiempo.

Este tipo de modelos aún están en una etapa muy temprana como para aplicarlo inmediatamente, pero promete cambiar la forma en la que se ejercitarían los deportistas del futuro. Aún falta mucho por investigar y desarrollar.