Desde hace ya varios años hemos estado oyendo sobre la «desmonetización» o la eliminación del dinero físico para reemplazarlo con pagos digitales a través de nuestros teléfonos móviles.
India estuvo en el ojo del mundo cuando su primer ministro, Narendra Modi, anunció sus planes de desmonetizar gradualmente el país por ahí del 2016 para combatir el llamado «dinero negro».
Nadie creyó que fuese posible implementarlo, hasta que tiempo después, retiró de circulación los billetes de 500 y 1.000 rupias, que equivalían en ese momento a no más de $20 dólares americanos, aunque con resultados indeseados.
Ahora Suecia es el segundo país dispuesto a eliminar por completo la moneda luego de que descubrieran que solo uno de cada diez personas realizaba compras con dinero en efectivo en 2018.
Los ciudadanos comenzaron a apoyar esta iniciativa, y se reflejó en los más de 4 mil ciudadanos que se sometieron a implantación de microchips de pago, un pequeño dispositivo que se coloca bajo la piel de la mano y que se puede escanear con un dispositivo para realizar pagos.
No se trata de una medida para la élite y pudientes de Suecia, pues este tipo de método de pago fue implementado en la vía pública, como sanitarios públicos y el pago de boleto para autobuses urbanos.
Todo parecía ir viento en popa a un futuro sin efectivo, pero pronto los obstáculos comenzaron a aparecer, y fueron tan contundentes que los simpatizantes a esta implementación comenzaron a dudar si realmente estuvo bien pensado el plan.
El dinero digitalizado, aún demasiado avanzado para su tiempo
La Agencia Sueca de Contingencias Civiles sabe que aún es demasiado pronto para confiar en el dinero digital, pues ellos más que nadie saben que no siempre los días son tranquilos, y las contingencias pueden suceder en cualquier momento y sin previo aviso.
Un desastre natural, un ataque cibernético e incluso una guerra pueden echar para abajo la tecnología en la que todos confiamos, ¿qué sucederá si el internet y la energía eléctrica se apagaran un día?, ¿cómo podrían las personas realizar sus compras de emergencia?
Es por eso que la agencia ha recomendado a todos los ciudadanos suecos a no ponerse muy cómodos, y guardar el suficiente dinero en efectivo en sus hogares para cualquier emergencia que pudiera ocurrir que hagan caerse todos los sistemas de pagos digitales.
A quienes les ha caído de perlas esta implementación anti-cash ha sido a los bancos de Suecia, pues cerca de la mitad de las sucursales ya han dejado de aceptar depósitos con moneda física, pero posiblemente no ha sido por su iniciativa hacia la modernidad, más bien por conveniencia.
¿Qué sucedería si las personas ya no tuviesen la necesidad de sacar efectivo en cajeros automáticos?, simple, los bancos podrían ahorrarse una gran cantidad de dinero, tiempo y esfuerzo en gestionar y mantener estos aparatos ubicados en todo el país.
Por eso podrían acontecer dos posibles escenarios, la primera donde los cajeros automáticos fuesen retirados parcial o totalmente, y que sucediera el segundo escenario donde el banco convierta el manejo de dinero en efectivo como un «lujo» que amerite agregarle alguna tarifa extra.
Pero incluso las instituciones financieras han encontrado un gran revés que supera incluso la idea de ahorrarse en gestionar cajeros y ganar con comisiones, y es la de limitar a sus propios clientes, especialmente aquellos que no pueden seguir el mismo ritmo de la digitalización.
Los bancos han pedido al gobierno pensar bien qué significa realmente que todos los ciudadanos carezcan de efectivo y los obliguen a utilizar dispositivos para poder hacer la más mínima compra.
Y aunque el mundo digital es ya una normalidad y el mundo se mueva a través de ella, aún habría personas que no puedan tener total acceso a ella por la brecha digital en personas adultas mayores o por ser demasiado joven para ello.
Pese a todo, lanzan el e-Krona en modo de prueba para ver qué tal funciona
Riksbank, el banco central de Suecia, también piensa que estas limitantes no deberían frenar de lleno el intento por digitalizar el dinero, por eso ha lanzado una criptomoneda a modo de prueba llamado e-krona.
Su creación, aunque vino a amortiguar el golpe por el repentino desuso del dinero físico, no se trata de una medida al azar o de emergencia. Se trata de un proyecto que han estado formulando desde hace más de dos años.
Sin embargo, no es una implementación finalizada, sino que pretenden ver con e-Krona cómo evoluciona el uso de las monedas digitales, tanto sus beneficios como obstáculos antes de considerarse como un posible sustituto al efectivo.
Será a finales de 2021 cuando estas pruebas concluyan y pueda lanzarse como moneda digital oficial de Riksbank, con el cual podrán hacer algunos trámites como pagos, retiros móviles, depósitos, entre otros.
Se busca que las personas puedan utilizar esta criptomoneda de forma digital a través de relojes inteligentes y dispositivos móviles, así como tarjetas de crédito y débito, y este es un sueño hacia el futuro que aún sigue en marcha mientras se solucionan los obstáculos, se abandone o se implemente la idea.
El Parlamento sueco pide detenerse y pensar antes de avanzar
En este punto donde todo está funcionando a base de prueba y error, es cuando las autoridades piden no ir demasiado rápido, y mejor detenerse un momento para mirar bien el panorama, descubrir si la desaparición del efectivo tendrá un impacto positivo o negativo.
Hasta ahora parece que se están enfocando mucho en la modernidad, en la practicidad, y en todos esos factores emocionantes y positivos, pero conforme se está implementando, se deja ver rastros de que esto puede ir por mal camino.
El Parlamento de Suecia teme que si el efectivo desaparece, ese proceso de cambio puede atraer situaciones difíciles para la economía y la misma sociedad que no pueda adaptarse a tiempo.
Tal y como sucedió en la India, que fue noticia el ver cómo personas de las áreas sub urbanas y rurales se vieron obligadas a acudir a un banco para poder obtener un poco de monedas, haciendo largas filas donde se podía estar ahí por horas.
Incluso se dice que personas morían en centros de salud por que no aceptaban dinero viejo, negándoles el servicio rotundamente. La idea es evitarse todo ese caos por una mala planificación en un país que depende en cierto punto del efectivo.
Y eso se reflejó en un pequeño repunte del 7% a favor del efectivo entre 2016 y 2018, justo cuando ocurría el cambio de monedas viejas por las nuevas, además de la resistencia de algunos colectivos políticos que aún piensan que las monedas no deben desaparecer por completo.
Cualquiera que sea el caso, positivo o negativo, el e-krona hará su aparición para brindar la seguridad de tener un «plan B», debido a que esta criptomoneda no es como las más populares donde se rige por sí misma.
Esta criptomoneda no será libre, pues el banco nacional puede influir en ella, así como otras monedas digitales de otros países como el yuan digital de China.
Pero los gobiernos de estos países no han sido los únicos que están evaluando la situación. Grandes tiendas como Ikea, también ha tratado de experimentar cómo es comercializar sin el uso de efectivo.
Esto ocurrió específicamente en Estocolmo, donde los gerentes de la conocida tienda internacional probaron ir un mes sin efectivo, esto luego de detectar que menos del 1% de sus clientes aún utilizaban dinero físico.
Además, esto vendría a disminuir el tiempo y esfuerzo que sus empleados gastan en manejar, almacenar y contar el efectivo de sus cajas, algo que podría servir de modelo a otras grandes tiendas.
Al menos a menor escala, Ikea ha demostrado que el efectivo no es tan esencial como se pensaba, al contrario, utilizar dinero supone costes y tiempo, pues se requieren muchos recursos para manejar el dinero que esa pequeñísima cantidad de clientes aún se maneja.
Pero ni siquiera Ikea puede sentarse en paz a adoptar la digitalización de los cobros, pues la Organización Nacional de Pensionistas, ya se quejaron con Ikea por no aceptar el efectivo de las personas mayores jubiladas que aún pagan con efectivo.
Lejos de ser una pequeñísima comunidad de personas atrapadas en la brecha digital, se estima que son cerca de 1 millón de personas que aún son ajenas a los computadores y dispositivos electrónicos.
Christina Tallberg, presidenta de esta organización, menciona que no están en contra de esta implementación digital, pero se preocupa de que esto vaya demasiado rápido, poniendo en desventaja a un gran número de ciudadanos, incluyendo el sector demasiado joven para tener una aplicación o tarjeta bancaría para comprar un par de dulces en la tienda.